Era una fría noche de un invierno de 1987, un grupo de soldados transportaban al delincuente más peligroso jamás conocido por la humanidad, Roy Cliffman, condenado a 13 cadenas perpetuas en la cárcel de Buenos Aires debido a la masacre que causó en El Bar de Paco matando con un fusil a más de 240 personas.
Lo transportaban de la cárcel en la que estaba a una cárcel secreta donde encierran a los más peligrosos del planeta, había 223km desde donde estaban hasta esta nueva cárcel, lo que no sabían era que iban a ser los peores kilómetros de sus vidas.
Respaldando al preso iban un pelotón de 30 soldados en un camión delante, 15 montados en un blindado con Roy y otro camión con 30 soldados detrás, cerrando el convoy.
Los primeros 100km fueron tranquilos, pero a partir de esta cifra empezaron a suceder cosas paranormales, como que los camiones empezaban a tambalearse de un lado a otro o que los árboles les intentaban atacar golpeándoles con sus ramas.
Llevaban ya 200km recorridos y estos sucesos fueron a más de modo que decidieron llamar a un chaman bastante conocido en la zona para que echase un conjuro en el convoy que hiciera que los sucesos parasen hasta que llegasen a su destino.
El chaman en cuestión apareció repentinamente diciéndoles que los culpables de esos sucesos y ataques eran los dioses oscuros y que él no podía detenerlos porque eran demasiado poderosos.
Entonces decidieron seguir adelante con el chaman en el convoy para que les intentase defender, pero de repente...
Josué
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