El mundo está cambiando, nuestra forma de ser, de relacionarnos, de
comprar, de buscar información, etc… y todo pasa por las redes.
El sistema capitalista, está cambiando sus preferencias, ahora el sistema
capitalista pasa por “la vigilancia y el registro” de los datos que cada uno
de nosotros introducimos de manera inconsciente pero continuada en el
tiempo mediante recomendaciones automáticas, notificaciones,
publicaciones, etc.
Su objetivo es obtener información de las personas, para ello los
testimonios de ejecutivos de las grandes empresas ubicadas en Silicon
Valley afirman que generaban estrategias a través de algoritmos con la
finalidad de manipular emociones, comportamientos y la única manera de
conseguir más y más información es mediante el hecho de mantenernos
conectados continuamente, buscan nuestra atención. A cambio este sistema
nos promete el éxito en las redes.
“Solo hay dos industrias que llaman a sus clientes consumidores: la de las
drogas y las de los software y/o redes”
Ante la llegada de una notificación de cualquier tipo, tenemos la necesidad
de verla con un sencillo gesto que ya hemos naturalizado, es un gesto que
se realiza decenas de veces al día.
“Nos conectamos a las redes buscando un producto, pero nosotros somos el
producto.”
Otro de los peligros de las redes es recibir la información falsa y errónea,
porque aunque el individuo es inteligente, la masa es estúpida y somos
fáciles de convencer y de manipular.
Pero esto no es algo nuevo, existe una escena de la serie “Merlí” donde la
profesora de filosofía realiza un experimento entre sus alumnos para
explicar el concepto de la corriente filosófica positivista, que solo busca los
hechos
(Los siguientes párrafos son transcritos de la escena de la serie), donde (P)
será profesora, y (A) serán alumnos
(P): ‘¿De que color es esta carpeta (A): ‘Verde’
(P): ‘Si algún alumno llega tarde a clase como acostumbra a suceder, yo le
preguntaré por el color de la carpeta y ustedes me dirán: Roja’. (P): ‘¿De
acuerdo?’/ (A): ‘Si’.
Al poco rato entra un alumno en la clase.(P): ‘Llega tarde, pero pase’.
El alumno recién entrado toma asiento.
(P): ‘Bien. Sigamos. En filosofía hay corrientes como el positivismo que no
admiten otra realidad que no sean los hechos. Por ejemplo, el color de esta
carpeta’.
Entonces la profesora le pregunta a uno de los alumnos:
(P): ‘¿Usted, de que color esta carpeta?’/ (A): ‘Roja’.
Tal y como antes habían acordado, recibe la misma contestación de otros
alumnos elegidos al azar.
El alumno recién llegado, que ve que la carpeta es de color verde, se
asombra por la contestación de sus compañeros que la ‘ven’ de otro color
distinto.
Al poco rato le llega su turno y la profesora le hace la misma pregunta:
(P): ‘¿Y usted?’
Tras muchas dudas consigo mismo, y aún viendo que la carpeta es de color
verde, contesta:
(A) ‘¡Roja!’.
Su contestación provoca la inmediata reacción de sus compañeros que
comienzan a reírse en voz alta.
Finalmente la profesora, dirigiéndose a todos, dice:
(P): ‘Está claro que la carpeta es de color verde. Y han sido testigos
directos de la debilidad del ser humano cuando es sometido a la presión
ambiental, incluso en lo que se refiere a la percepción física’.
Más no contento con la situación, el alumno interpelado replica:
(A): ‘Bueno, bueno, yo me dado cuenta de que era un juego. Me parecía
rara la pregunta. La carpeta claramente es de color verde’.
A lo que profesora le responde:
‘(P): ‘Pero como todos han dicho roja, usted ha dicho roja’/
Este ejemplo, muestra como en el mundo actual muchas veces se impone la
opinión de la mayoría aunque vaya en contra de hechos evidentes, haciendo
que la persona individual cambie de criterio para no entrar en conflicto para
evitar ser rechazado, y sin pensar en las posibles consecuencias.
Andrea
Excelente!
ResponderEliminarNo hay que olvidarse de hacerse preguntas, ¿alguien gana influencia, dinero, poder con que otros usen masivamente las redes? ¿Qué papel tiene la ética en el uso de las redes?
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